Diógenes de Sinope, también llamado Diógenes El Cínico o “El perro”, fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Dado su estilo de vida, no dejó ningún escrito a su nombre, así que la mayoría de los detalles que de su vida conocemos son gracias al capítulo que le dedicó Diógenes Laercio en su libro “Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.”
Era hijo de un banquero llamado Hicesias. Ambos fueron desterrados por haber fabricado monedas falsas, este evento sería el que marcaría la vida de Diogenes y cimentó su filosofía.
El estilo de vida de Diógenes fue austero y natural, así era su norma de vida, y ello le permitía no depender de cosas que no necesitaba; segùn Diògenes, es el sabio quien debe de liberarse de sus deseos y reducir al mínimo sus necesidades.
Vivía en el ágora de Atenas dentro de una tinaja, con solo una bolsa, una manta y un cuenco (se cuenta que lo desechó cuando vio a un niño beber agua usando sus manos para sostener al agua), sobrevivió principalmente de las limosnas y donaciones que recibía de sus seguidores y de algunas personas que le tenían respeto.
Como resultado de su filosofía y estilo de vida, comía, dormía y realizaba delante de la gente otras necesidades y actividades fisiológicas sin importarle que estuviera en público, de aquí deriva su sobrenombre “El Perro”, ya que así como los perros satisfacen tales necesidades y acciones en el lugar donde se les haga presente, Diógenes de igual forma las satisfizo, tal como un perro.