Luis Villoro, reconocido como un ilustre filósofo, investigador, profesor y diplomático mexicano con raíces en España, nació el 3 de noviembre de 1922 en Barcelona, fruto de padres mexicanos. Su brillante trayectoria académica incluyó la obtención de un doctorado en Filosofía en la prestigiosa Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde comenzó a impartir clases en 1948.
Desde 1971, desempeñó un papel destacado como investigador en el Instituto de Investigaciones Filosóficas. Luis Villoro se erigió como una figura central en la filosofía mexicana, dejando una contribución significativa que se distingue por su enfoque sensible y valiente contra la marginación, discriminación y explotación de las comunidades indígenas.
Además de su impacto académico, Villoro ocupó roles destacados, como Delegado Permanente de México ante la UNESCO en París (1983-87), Secretario de la Rectoría de la UNAM (1961-62), y Director de la revista Universidad de México. Su dedicación y liderazgo también se reflejaron en la fundación y coedición de Crítica, Revista Hispanoamericana de Filosofía.
En reconocimiento a su excepcional labor, recibió el prestigioso Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía en diciembre de 1986. Además, fungió como miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República. Luis Villoro, Investigador Emérito de la UNAM, se distinguió por su variada carrera universitaria, ocupando cargos como secretario particular del rector Ignacio Chávez y miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, así como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Investigaciones Filosóficas. También presidió la Asociación Filosófica de México.
Su influencia trascendió las fronteras académicas, sirviendo como embajador de México ante la UNESCO y director de la Revista de la Universidad. Además, participó activamente en movimientos políticos de izquierda y partidos de oposición. El reconocimiento a su vasta contribución incluye los títulos honoris causa por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en 2002, cuyo Instituto de Investigaciones Filosóficas lleva su nombre, y por la Universidad Autónoma Metropolitana en 2004, institución de la que fue fundador.
El legado de Luis Villoro perdura, recordándolo como un pensador comprometido que dejó una huella imborrable en la filosofía y la sociedad mexicana. Su fallecimiento el 5 de marzo de 2014 en la Ciudad de México, a los 91 años, fue lamentado como la pérdida de una mente brillante y un defensor incansable de la justicia y la equidad.