Filosofía y muerte

La vida y la muerte, dos rasgos universales en la existencia humana y de toda especie que habita en el universo; de la misma forma, vida y muerte han sido objeto de profundo debate filosófico a lo largo de la historia. La vida, en sí misma, es un fenómeno complejo que despierta cuestionamientos fundamentales sobre su origen, significado y propósito. Filósofos de diversas corrientes han explorado la naturaleza efímera y a veces paradójica de la vida, cuestionando no solo el mero hecho de existir, sino también cómo vivir auténtica y significativamente en medio de la finitud humana.

Por otra parte, la muerte, inseparable de esta condición, se presenta como el umbral inevitable que cierra el ciclo de la vida. Este fenómeno, más allá de ser una realidad biológica, también es objeto de análisis filosófico, que abarca desde la angustia existencial ante lo desconocido, hasta la reflexión sobre el legado que dejamos. Este debate nos ayuda a ampliar la comprensión de la vida como una experiencia ligada a su contraparte inevitable, ofreciendo perspectivas filosóficas que dan luz y sentido a nuestra condición como humanos. A lo largo de este breve escrito, hablaremos acerca de la muerte y como esta ha sido vista a lo largo de la historia de la filosofía.

Empecemos denotando que, hablar acerca de la muerte es imposible si no hablamos también de la vida, no podemos hablar de todas las implicaciones que tiene la muerte, si previamente no se realiza un análisis respecto del valor de la vida. Como adelanto, podemos notar a lo largo del actual escrito como cada filósofo que hablò sobre la muerte, lo hizo con el propósito de crear una mejor forma vida.

Muchos filósofos a lo largo de la historia nos hablaron acerca de la muerte, muchos de estos propusieron alternativas acerca de cómo ver a la muerte como algo que no es necesariamente malo, así brindándonos distintas herramientas para dejar de ver a la muerte cual villano de cuento. Por un lado tenemos a tal vez uno de los filósofos más importantes en la tradición europea, Epicuro, que en Carta a Meneceo, nos da puntos clave respecto su concepción de la muerte; de la misma forma tenemos a la filosofía existencialista, encabezada principalmente por filósofos como Sartre y Camus; finalmente, mencionaremos perspectivas un tanto más pesimistas respecto a la muerte, sea el caso del Nihilismo, principalmente centrado en la filosofía Nietzscheana. Analicemos estas 3 posturas.

Epicureísmo:

Una de las múltiples enseñanzas que deja Epicuro en sus escritos, es una fuerte critica hacia el miedo a la muerte; Epicuro nos argumentaba que el miedo a la muerte no tiene ningún sentido, esto porque, cuando estamos vivos, la muerte no está presente, y cuando la muerte llega, ya no estamos para experimentarla. En sus propias palabras, «La muerte nada significa para nosotros, porque cuando existimos, no existe la muerte, y cuando existe la muerte, no existimos» (Carta a Meneceo).

Aunque esta frase está contenida de un significado bastante fácil de entender, podemos desglosar cómo para Epicuro la muerte no es un fenómeno del cual tengamos que darle un valor mayor a lo que es, “muerte” sin más; Epicuro al hacer esta reducción, deja a la muerte al mismo nivel que el resto de fenómenos naturales diarios de los cuales muchas veces ni experimentamos o somos conscientes de que ocurren, por lo cual, la muerte deja de estar contenida de conceptos peligrosos, de miedo, o de incertidumbres. Quitándonos este miedo a la muerte es que nos podemos acercar a lo que Epicuro llamaba «ataraxia», la cual consiste en alcanzar el placer y evitar el dolor, pero no de una manera hedonista y desenfrenada. Placer, para Epicuro, implica la tranquilidad y la ausencia de perturbaciones físicas y emocionales. Vivir una vida moderada y libre de excesos.

Existencialismo:

El existencialismo es tal vez la corriente filosófica que es más cercana al concepto de mortalidad, en esta ocasión usaremos como principales referentes a los autores Jean-Paul Sartre y Albert Camus; desde la perspectiva existencialista, la vida es absurda y posee una falta de significado objetivo.

Pero, si la vida no poseé un significado, ¿por qué vivirla?. Sartre coloca sobre la mesa a la nombrada “angustia existencial”, esta surge a partir de nuestra libertad y la responsabilidad ilimitada. La conciencia de la muerte intensifica esta angustia al confrontarnos con la responsabilidad de nuestras elecciones y la inevitable finitud de la vida. Por otro lado, Camus aborda la noción de rebelión contra la absurdidad de la existencia; esto significa que a pesar de la falta de significado objetivo de la vida, la muerte puede ser vista como la única certeza en medio de la absurda condición humana.

Ambas posiciones aunque resulten ser más deprimentes que de ayuda, lo cierto es que ambas vienen contenidas de una búsqueda por vivir una vida feliz, por un lado, Sartre abogaba por vivir de manera auténtica, tomando decisiones conscientes y racionales, asumiendo la responsabilidad total de dichas elecciones, pues para Sartre, la conciencia de la muerte refuerza la importancia de vivir de acuerdo con nuestros valores más profundos de manera responsable. Por otra parte, Camus propone que, al enfrentar la absurdidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte, podemos encontrar un sentido en la rebeldía contra la falta de sentido, afrontar la muerte puede impulsar a la acción y la búsqueda de la autenticidad en la existencia cotidiana y así alcanzar una vida de virtud y bienestar

Nihilismo:

Finalmente tenemos la perspectiva Nietzscheana, tal vez una de las más polémicas dadas las fuertes afirmaciones que llegó a hacer Nietzsche alrededor de sus escritos en donde estructura su pensamiento. La más polémica podría ser, sostener como creencia la ausencia de valores, significado y verdad objetiva, sostuvo que la muerte (como parte inevitable de la existencia) pone en evidencia que no existe de ninguna forma un significado para la vida.

También criticó las morales tradicionales, especialmente aquellas basadas en conceptos religiosos, argumentando que impiden el disfrute de la vida. De la misma forma, desde su nihilismo, la muerte, puede llevar a cuestionar la validez de las estructuras morales convencionales, así rechazando de manera absoluta la moralidad y la ética; entonces si la ética no existe, ¿podemos hacer lo que queramos?, por fortuna Nietzsche tampoco defendía esto.

Nietzsche para esto, propone la idea del “eterno retorno”, sugiriendo que la vida y todas sus experiencias se repetirán infinitamente, esto aunque suena a cuestión mágica, Nietzsche lo usaba como recurso metafórico para proponer una forma de moralidad más honesta, lo que Nietzsche de una forma más literal nos decía, es que debemos obrar de tal modo que podamos vivir con nuestras acciones como si estas se fueran a repetir por la eternidad, y así, si todos nos comportamos de esta manera, y siendo críticos a las consecuencias que traen nuestras acciones, todo mundo obraría mejor por un bien en sí mismo.

Aunque estas corrientes filosóficas difieren en sus enfoques, todas comparten la premisa de que la reflexión sobre la vida y la muerte no solo enriquece nuestra comprensión del ser, sino que también nos impulsa a buscar una existencia más plena, auténtica y significativa. En última instancia, estas filosofías no solo nos invitan a enfrentar la realidad de nuestra mortalidad, sino también a encontrar sentido y propósito en medio de la efímera naturaleza de la vida.